domingo, 5 de agosto de 2007

Saludo inicial

Un saludo a todos y todas!!
Dos letras para comprobar cómo funciona ésto. Muevo ficha y agradecería vuestra respuesta.
Confío que este instrumento sirva para varias cosas:
  • Para que los socios y socias que estais fuera de la tierrina podais apartar la mirada del asfalto y recrearos un poco en la nostalgia de nuestros verdes; solos o solas, si así lo queréis o sintiéndoos acompañadas y acompañados si lo necesitárais.
  • Para que quien se tope, por casualidad, con este blog pueda conocer nuestro entorno, geográfico y humano y, así, entender el porqué de esa nostalgia.
  • Para animar a quienes no conocen Asturias, en general, y Lena, en particular, a que se atrevan a correr el riesgo de tener que usar el paraguas.
  • Para que quien quiera, perteneciente o no a la Asociación, haya nacido en Asturias, o no, pueda aportar comentarios, fotos, experiencias... en torno a nuestra tierra.

Hasta pronto

1 comentario:

Salvador González Solís dijo...

Me alegro enormemente de toparme con iniciativas como ésta brotando –puedo comprobar que con ilusión- en mi valle natal asturiano del que por motivos laborales me tuve que ausentar ya hace tres lustros. Anduve por el sur y centro de España, pero os aseguro que siempre procuré mirar al norte como faro de referencia. Hoy -cazurro adoptivo y consorte- abogo porque el “guaje” a través de las visitas que –periódica y brevemente- hacemos a la familia, se sienta identificado de algún modo con Asturias en general y en particular con el territorio que siempre conocimos como “la parroquia Felgueras”.

Dicen que el carácter de las personas lo templan los martillazos de sus vivencias, pero estoy seguro que la forja que realmente marca nuestra naturaleza más íntima y personal, es la primigenia, la transcurrida precisamente durante nuestra niñez y juventud más temprana.

La humedad en el “castañiru”, el sol del “casqueyu”, la “bolla” en “Pertegueras”, las voces de los “guajes ente´l quempu”, la vara del maestro, el olor de la “yerba”, el polvo y calor al “triscar” en los “payares”, el sabor de las cerezas o de las “ablanas” verdes… todo ello, no me cabe duda que nos ha influenciado profundamente a aquellos que en la parroquia lo vivimos con la intensidad que siempre caracteriza la infancia.

Mi deseo es que este “camino informático” que hoy emprendéis evolucione hacia la preservación de esas sensaciones. Que madure en algo positivo, auténtico y nuestro; que nos permita sentirnos orgullosos de invitar a todos (parroquianos o no) a que entren a visitar este blog para decirles con la cabeza muy alta “ahí nací yo”.